lunes, 14 de diciembre de 2009



El cambio de actitud del presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, que hizo abortar la iniciativa para lograr en República Dominicana una salida a la crisis política de esa nación, podría interpretarse como un nuevo desafío a la comunidad internacional e incluso a los Estados Unidos, única nación que le sirve de soporte en la actual coyuntura.

El pasado jueves el presidente Leonel Fernández se reunió en el Palacio Nacional con el subsecretario del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental, Graig A. Nelly, con quien discutió los detalles de la cumbre que celebrarían en el país el presidente constitucional de Honduras Manuel Zelaya y el mandatario electo Porfirio Lobo.

Dos días antes, el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, general Douglas Fraser, se reunió con el presidente Fernández, para hablar sobre varios temas de interés en la región.

Esto hace suponer a los analistas del tema que los golpistas que gobiernan Honduras cambiaron de opinión a última hora, o que en la propuesta original se contemplara la carta de renuncia de Zelaya como mandatario.

Sin embargo, esta segunda teoría es fácilmente descartable porque, si se hubiera contemplado la renuncia de Zelaya su presencia no fuera indispensable en la Cumbre.

Estados Unidos anunció su reconocimiento a las elecciones organizadas por los golpistas, en la que resultó ganador el derechista Lobo.

Un cable divulgado esta mañana por la agencia Efe, y fechado en Brasilia, destaca que Estados Unidos y Brasil coinciden en que Zelaya sigue siendo el presidente legítimo de Honduras y que las elecciones del mes pasado no es suficiente para superar la crisis en esa nación.

La información fue corroborada por fuentes oficiales brasileñas.

También coincidieron en que Roberto Micheletti, quien preside el Gobierno de facto instalado en junio pasado, “debe partir”, dijo el asesor de Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio García, tras recibir al secretario de Estado adjunto para América Latina de Estados Unidos, Arturo Valenzuela.

El presidente Fernández siempre admitió que sus gestiones para la Cumbre tenían el aval de Estados Unidos, así como de los principales protagonistas de la crisis hondureña.

La Cumbre se canceló en la víspera cuando los golpistas exigieron al presidente Zelaya su carta de renuncia como condición para permitir su viaje a México, Brasil o República Dominicana.

La condición fue rechazada por Zelaya, quien se encuentra asilado en la embajada de Brasil desde el 22 de septiembre, cuando penetró a Honduras desde Nicaragua.

Honduras fue suspendida el 4 de julio de la Organización de Estados Americanos (OEA), que no envió observadores a las elecciones del 29 de noviembre, donde resultó electo el derechista Lobo, pero su elección sólo ha sido reconocido por pocos países latinoamericanos.

La Cumbre de RD

El presidente Leonel Fernández anunció el viernes que todo estaba listo para el encuentro en el país entre el presidente Manuel Zelaya y el mandatario electo Porfirio Lobo. Los golpistas hondureños negaron el salvoconducto a Zelaya y la Cumbre se canceló.

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